Actualmente, encontramos una gran cantidad de videojuegos a nuestra disposición y es cierto que solemos estar acostumbrados a aquellos que cuenta con un ritmo de la acción trepidante. Con todo ello, hay grandes títulos basados en la narrativa como pilar fundamental, como pueden ser los de Telltale Games. Sin embargo, la industria indie también cuenta con este tipo de obras, encontrando algunas tan interesantes como Tails: The Backbone Prelude, del cual os traigo el análisis.
Este título con estética noir y pixel art nos propone una aventura basada en la toma de decisiones que, como su nombre indica, es la precuela de otro título anterior de Eggnut, Backbone. Si bien se puede jugar de forma independiente, es interesante conocer que esta entrega nos permite ampliar el universo planteado en la primera entrega al conectar 4 historias que jugamos de forma paralela.
Análisis de Tails: The Backbone Prelude
Tails: The Backbone Prelude es una entrega que se esmera desde el primer momento en mostrar al jugador que está ante una serie de historias con un fuerte componente emocional. Así lo demuestra una encantadora introducción en la que conocemos a Clarissa Bloodworth a la edad de 7 años, uno de los personajes que seguiremos. Pronto vemos que los diálogos no son fortuitos y que debemos realizar una serie de decisiones que quedarán escritos en un árbol que se ramifica con estas, marcando las personalidades de cada uno y el devenir de los acontecimientos. Si bien la acción es pausada, todo lo que hagamos queda acompañado de unas estupendas animaciones y viñetas. En ese sentido, es como leer un libro interactivo con todo lujo de detalles y, aún así, te mantiene atrapado gracias a su trama.
Huelga hablar de la jugabilidad, puesto que el ratón es nuestro mejor aliado, aunque sí que me gustaría destacar la fluidez con la que podemos tomar decisiones o saltar de conversación. Por desgracia, no ocurre lo mismo al explorar los entornos. Eso sí, bajo una ambientación noir y una estupenda banda sonora acorde, nos sumergiremos en las diferentes vidas de los protagonistas y su propia situación personal.
Si hay algo por lo que destaca esta entrega es sin duda por su apartado artístico. Hay una gran cantidad de estilos dentro del pixel art, pero este se caracteriza por contar con toda clase de detalles y una definición exquisita. Cada lugar, da igual que sea una habitación que un paisaje, es único, transmitiendo al jugado la necesidad de explorarlo todo.
La única pega que tiene este juego es que está en inglés. Al ser un juego totalmente narrativo es fundamental entender el idioma. Si no, es una barrera de entrada indiscutible. Si no es un problema y os gusta el género, entonces sí que os animo, puesto que cuenta con un árbol de decisiones detallado y unas consecuencias en ocasiones impredecibles. Esto por supuesto que fomenta la rejugabilidad, puesto que la curiosidad de saber qué podría pasar si eligiésemos otro camino es imperante. Y os aseguro que esto es así, cuando vemos los giro con los que cuenta la historia.
Conclusiones de Tails: The Backbone Prelude
Tils: The Backbone Prelude es uno de esos juegos con encanto que merece la pena probar. Cuando los grandes exponentes del género son Beyond: Two Souls, Detroit, Until Dawn o Heavy Rain, te toca reinventarte y proponer algo original y único. Creo que en ese sentido Tails: The Backbone Prelude lo cumple y lo suple con un arte exquisito. No intenta competir con esos grandes exponentes sino que decide centrarse en los dos pilares centrales: la toma de decisiones y la narrativa. En eso cumple de forma exquisita sabiendo mantener un interés constante por parte del jugador.