Análisis de Tin & Kuna

Estaremos todos de acuerdo en que, cuando eras pequeño, lo mejor que te podía pasar era ponerte malo un Martes por la mañana; es decir, casi con toda la probabilidad estarías en la cama descansando y sin hacer la tarea del colegio hasta que te recuperaras, tal vez en unos tres o cuatro días. Años después, sabes que a día de hoy esto ya no es tan posible porque, con el cuerpo de persona mayor y todo quehacer pendiente pues… toca apechugar y toca trabajar, cueste lo que cueste. Tin & Kuna se convierte, oficialmente, en el primer juego que analizo durante la gripe que ocupa mi cuerpo a día de hoy.
No por ello hay que desprestigiar este proyecto de Black River Studios y publicado por Meridiem Games. Creo que en lo personal, agradezco que no sea un juego incómodo y malogrado. Tin & Kuna contiene varios mundos con sus respectivos niveles más un jefe final al terminarlo; no es que sea un título largo, pero la manera de intentar superar cada fase lo hace atractivo.Nuestra meta será llevar un orbe -o varios- al final de cada nivel y para ello controlaremos a un armadillo. Podremos saltar, hacer un «acelerón» para golpear algunos obstáculos e incluso usar unos cristales que nos proporcionará habilidades únicas como un gran salto o electricidad estática para que el orbe nos siga. Hay momentos que desespera ver a la cámara jugándonos una mala pasada, pero no es tan dramático.
Tampoco es tan dramático la parte sonora, aunque no esperéis una buena banda sonora ni nada del estilo. Tampoco escucharemos ningún doblaje, aunque es lo esperado al ser un título muy indie.El juego usa Unity, un motor que ha quedado desfasado, pero su diseño convence y además la paleta de colores ayuda bastante a no desentonar tanto. No hemos sufrido bajadas de frames ni ningún problema de rendimiento adicional así que solo toca aplaudir.
Tin & Kuna es un buen juego para pasar el rato y creo que no se esconde para demostrarlo. No destacará en ninguno de sus aspectos, pero puede ayudar en una tarde aburrida. Incluso estando con gripe, sin ganas de salir de la camita y con un dolor de espalda. Al menos, la idea de quitarte un par de horas de preocupación lo cumple de sobra y eso es lo que importa.