Análisis Anger Foot PS5 – Patadón jugable en la boca
Hay videojuegos cuya razón de ser es transformar la violencia en una coreografía. La música marca el ritmo de unos golpes y unos disparos que deben combinarse con unos reflejos felinos; de lo contrario, acaba uno siendo acribillado por los numerosos enemigos que pueblan unos espacios, por lo general, reducidos.
Probablemente, Hotline Miami y su secuela alcanzaron la cima de esta filosofía de diseño. El legado de esta bilogía sigue presente; así lo demuestran títulos como Anger Foot, la nueva obra de la desarrolladora sudafricana Free Lives, que ha sido distribuida por la siempre interesante Devolver Digital.
¿Dónde están mis zapatillas?
Anger Foot vive en Ciudad Vertedero, un lugar donde el crimen es la ley y el apego a las normas causa sospecha. Siente predilección por las zapatillas, lo que le lleva a robar violentamente un par preciado que pertenece a la Banda de la Violencia, uno de los cuatro grupos criminales que dominan la ciudad.
No obstante, esto provoca que el jefe de policía de la ciudad (uno de sus principales delincuentes) destroce el apartamento de Anger Foot y robe su colección de zapatillas. Comienza así un violento viaje de venganza que lleva al protagonista a enfrentarse contra la mencionada Banda de la Violencia, la Banda de la Contaminación, la Banda de los Negocios y la Banda del Libertinaje.
Esta trama desquiciada supone el pretexto perfecto para el cóctel explosivo que esconde su jugabilidad; para el jugador, la experiencia se resume en avanzar por una serie de laberínticos niveles llenos de adversarios hasta llegar al final de una pieza. El arma principal se encuentra en las poderosas patadas que se pueden dar, capaces de derribar puertas y aniquilar enemigos.

De esta manera, se entra en un gozoso trance destructivo apoyado en unas físicas tronchantes. Los enemigos y los escenarios saltan por los aires impulsados por los ataques de Anger Foot y los dispositivos explosivos que siembran no pocas localizaciones. Se trata de un adictivo reto que encuentra un correcto equilibrio para poner a prueba al jugador sin fatigarle.
Más allá de los pies, el protagonista puede usar armas de fuego tras robárselas a los criminales que vapulea. Aunque su utilización puede difuminar un poco la esencia de la propuesta, son cómodas de manejar y no se quedan atrás a la hora de aportar espectacularidad a los baños de sangre que se despliegan en la pantalla.
Por otro lado, facilitan que los niveles no se atasquen en exceso a quien busque una experiencia no demasiado dura. En ese sentido, el uso de las armas se puede entender como una forma de optar por una dificultad no tan elevada; quien quiera ponerse hardcore, puede olvidarse de ellas y limitarse a usar las patadas.
Zapatillas que molan y matan
Se pueden conseguir hasta tres estrellas al superar un nivel. La primera de ellas se otorga, simplemente, por llegar al final con vida; las dos siguientes se adquieren al superar desafíos específicos: no superar un tiempo determinado, no saltar, usar solo patadas, etc. Estas estrellas permiten desbloquear nuevas zapatillas con poderes asociados, que se pueden equipar antes de comenzar un nivel.

Estos retos adicionales, además de ser necesarios para acceder a estas zapatillas, añaden una rejugabilidad refrescante. De este modo, se premia la experimentación con las variadas formas de proceder que Free Lives ha facilitado a la hora de superar los distintos escenarios.
En cuanto a las zapatillas y sus poderes, también aportan una riqueza extra a la propuesta. Los efectos son variados y van desde agrandar las cabezas de los maleantes hasta dar la oportunidad de revivir, pasando por provocar el estallido de las puertas pateadas y otras lindezas. Así, regresar a un nivel con un calzado distinto puede transformar notablemente el camino de destrucción emprendido por quien juega.
Conclusión
La propuesta se ve redondeada por una inteligente música machacona que incita a seguir adelante y no mirar atrás, un sentido del humor tronchante y unos jefes finales tan absurdos como divertidos de derrotar.
Anger Foot es un título que funciona por la gran efectividad de su aparentemente sencilla receta. Es un juego adictivo que, además, proporciona a quien lo desee la oportunidad de profundizar en sus mecánicas gracias a la variedad aportada por sus retos secundarios y los poderes de las zapatillas desbloqueables.
Puntos positivos:
- Experiencia trepidante y adictiva
- Rejugabilidad por retos secundarios y zapatillas desbloqueables
Puntos negativos:
- La propuesta es tan sencilla y transparente que puede decepcionar a quien busque algo más
