ANÁLISIS SHIELDS OF LOYALTY PARA PC
Shields of Loyalty, desarrollado por Mosaic Mask Studio, es una carta de amor a la estrategia por turnos clásica, con un marcado sabor a los años noventa y un envoltorio de fantasía oscura. El título nos transporta al mundo de Mantaria, un archipiélago de islas y biomas donde cada terreno y cada fenómeno climático pueden ser determinantes en la batalla. Desde el primer contacto queda claro que no estamos ante un juego para todos los públicos: su propuesta apunta directamente a los amantes del género, aquellos que disfrutan planificando cada movimiento y sacando partido a las pequeñas ventajas tácticas.
El combate se desarrolla en tableros hexagonales, con un fuerte énfasis en el posicionamiento de las unidades, las formaciones y la explotación del entorno. No basta con desplegar tropas y lanzarlas a la ofensiva; en Shields of Loyalty hay que tener en cuenta el terreno, el clima, los obstáculos y hasta eventos como meteoritos que pueden alterar el curso de una partida. Cada decisión pesa y un error estratégico puede costar la misión, algo que le da al conjunto una tensión constante y que refuerza la satisfacción cuando se logra una victoria.

Uno de los puntos más atractivos del juego es la variedad de comandantes, conocidos como “avatares”. Cada uno ofrece un estilo de juego diferenciado, desde líderes centrados en la caballería hasta otros que priorizan la magia o las tropas aéreas. Esta diversidad multiplica las opciones estratégicas y aporta rejugabilidad, sobre todo porque el título incorpora un sistema de progresión con artefactos, mejoras y entrenamiento de tropas que permite personalizar aún más los ejércitos. A esto se suma un apartado visual modesto pero eficaz: los escenarios transmiten bien la ambientación sombría, con biomas que van desde tundras heladas hasta pantanos o desiertos volcánicos.
El paso del Early Access a la versión 1.0 supuso una mejora sustancial. La campaña se amplió con nuevas facciones, biomas y ajustes de balance, además de pulir la interfaz y añadir detalles que hacen más cómoda la experiencia. El modo historia ofrece misiones ramificadas que pueden variar en función de las decisiones del jugador, lo que da un ligero componente narrativo y anima a repetir. Se nota el trabajo conjunto con la comunidad, algo que ha permitido refinar el producto y convertirlo en una propuesta mucho más sólida.
Con todo, Shields of Loyalty no está exento de problemas. Su curva de aprendizaje puede resultar empinada para quienes se acercan sin experiencia previa al género, y aunque hay tutoriales, no siempre logran transmitir la profundidad de las mecánicas. El nivel de dificultad también puede ser un arma de doble filo: lo que para unos será un reto estimulante, para otros se traducirá en frustración, especialmente en los escenarios avanzados donde los enemigos y las condiciones ambientales se vuelven implacables.
Otro punto a considerar es la sensación de repetición que puede aparecer tras varias horas de juego. Si bien los biomas y las facciones ofrecen cierta variedad, la estructura de las misiones tiende a repetirse, con objetivos que en esencia se reducen a derrotar al enemigo o conquistar posiciones clave. A esto se suma un apartado técnico correcto pero limitado, que cumple su función sin llegar a sorprender, y la ausencia de modos multijugador que podrían ampliar enormemente la vida útil del título.
Aun con estas limitaciones, Shields of Loyalty consigue lo que se propone: recuperar la esencia de la estrategia por turnos clásica y ofrecerla en una versión moderna, desafiante y coherente con su estética. Es un juego que exige paciencia, planificación y una mentalidad estratégica, pero que recompensa con batallas tensas y satisfactorias. Para quienes buscan una experiencia accesible y ligera quizá no sea la mejor opción, pero para los veteranos del género es un lanzamiento a tener en cuenta, un proyecto independiente que demuestra que la estrategia hexagonal sigue viva y con mucho que ofrecer.