IMPRESIONES BLOODGROUNDS EN PC
Lanzado el pasado 5 de noviembre en acceso anticipado, Bloodgrounds es un juego de PC que apuesta por una idea muy clara desde el primer minuto: ponerte en la piel de un gladiador que debe sobrevivir a combates brutales dentro de una arena, donde cada decisión cuenta y el fracaso forma parte del aprendizaje. Si has venido hasta aquí no es para ver grandes cinemáticas ni una profunda historia, sino por un combate que no te perdone ni un sólo error y donde la muerte forma parte del aprendizaje.
Bajo una perspectiva isométrica, Bloodgrounds combina acción en tiempo real con elementos de roguelite. Cada partida es diferente, ya que los enemigos, los eventos y las recompensas cambian, obligando al jugador a adaptarse continuamente. Morir será habitual, pero no se siente como un castigo injusto, sino como una parte natural del proceso para aprender patrones, mejorar estrategias y desbloquear nuevas opciones de cara a futuros intentos.
Así pues, el combate es el eje central de Bloodgrounds y destaca por ser sencillo de entender, pero exigente de dominar. Los controles responden bien y cada ataque tiene peso, lo que transmite la sensación de estar participando en combates duros y violentas. No se trata de machacar botones sin pensar, no. Hay que posicionarse bien, elegir cuándo atacar y cuándo esquivar, ya que todo esto puede marcar la diferencia entre la victoria y una muerte rápida. A medida que avanzan las arenas, los enemigos se vuelven más numerosos y peligrosos, obligando a mantener la concentración en todo momento.
Una de las cosas que me ha parecido más relevante es el sistema de progresión. Después de cada combate se obtienen recompensas que permiten mejorar al gladiador, desbloquear habilidades o modificar el estilo de juego. Estas mejoras no solo aumentan el poder del personaje, sino que también abren la puerta a distintas formas de afrontar las batallas. Puedes apostar por un enfoque más agresivo, centrado en el daño, o por uno más defensivo, buscando resistir más tiempo en la arena. Esta libertad hace que cada partida se sienta ligeramente distinta.
En cuanto al aspecto audiovisual el juego apuesta por un estilo oscuro que encaja bien con su ambientación. No es un juego especialmente llamativo en lo gráfico, pero cumple con su función. Las animaciones son correctas y ayudan a leer bien lo que ocurre en pantalla, algo fundamental en un título donde la rapidez de reacción es clave.
Estamos ante un juego difícil pero que creo que es justo con tus errores. Lo malo es que el juego no explica demasiado y deja que el jugador aprenda a base de prueba y error. Esto puede echar atrás a quienes buscan una experiencia más relajada, pero encantará a los que disfrutan superando retos exigentes. Cada victoria se siente merecida y cada derrota te deja una lección a aprender.
En conjunto, mis primeras impresiones de Bloodgrounds son favorables. Es un juego que no gustará a todo el mundo, pero que intenta ofrecer una experiencia intensa y directa para quienes disfrutan de la acción desafiante y la mejora constante. Es ideal para sesiones cortas, pero también capaz de enganchar durante horas gracias a su sistema de progresión.