ANÁLISIS GUARDIANS OF AZUMA
Nintendo Switch 2 ya está en el mercado y lo hace acompañado de un impresionante catálogo de lanzamiento. Desde entonces, hemos estado disfrutando de Rune Factory Guardians of Azuma, la nueva entrega de esta franquicia de gestión, simulación social y también RPG.
Y es que no solo estamos ante una aventura muy larga, sino también ante un nuevo paso adelante en la franquicia, cargado de novedades y cambios que le dan un aspecto totalmente distinto a lo que nos tiene acostumbrados esta saga.
Por supuesto, vuelve a llegar en perfecto español, cosa que en esta entrega agradecemos de gran manera. Y es que su mayor enfoque en la trama y su ambientación más japonesa, hacen ideal que podamos disfrutar de todo lo que tiene que ofrecernos. Os lo contamos.
El mundo tras e Colapso Celestial: análisis Guardians of Azuma
Rune Factory: Guardians of Azuma nos transporta a un mundo arrasado tras un cataclismo conocido como el “Colapso Celestial”. Las runas, fuente vital de energía y existencia, han desaparecido, y las tierras de Azuma —antaño prósperas y llenas de vida— yacen ahora sumidas en la ruina. Con los dioses de la naturaleza debilitados por una misteriosa corrupción y retirados del plano terrenal, el paisaje se ha vuelto hostil: montañas que se derrumban, campos en decadencia y una plaga imparable que amenaza con aniquilarlo todo. Frente a este sombrío panorama, los habitantes de Azuma claman por un salvador.
Ahí es donde entramos nosotros: un joven sin recuerdos que despierta en una aldea tras soñar con una feroz batalla entre dos dragones. Impulsado por una voz interior, el protagonista acepta el poder del Danzaterra, embarcándose en una misión para restaurar el equilibrio natural, erradicar la corrupción que consume el mundo y reconciliar a los dioses perdidos. Todo ello mientras explora aldeas inspiradas en las estaciones del año y en la rica estética de la cultura japonesa.
Antes de embarcarnos en nuestra aventura por las tierras de Azuma, el juego nos propone elegir entre dos protagonistas: Subaru o Kaguya, dos personajes cuyas historias guardan un vínculo especial. Para quienes buscan un toque más personal, existe la posibilidad de cambiar el nombre del héroe o heroína elegido. Eso sí, sus rasgos físicos no se pueden alterar, aunque durante la partida podremos personalizar ligeramente su aspecto gracias a diversos ítems cosméticos para la cabeza, los hombros y un accesorio adicional.
Renovando la jugabilidad de la saga y para bien
Rune Factory: Guardians of Azuma llega con la intención de ofrecer un soplo de aire fresco a la saga. En esta nueva entrega, la acción y la simulación de vida se combinan de manera equilibrada, todo ello envuelto en una ambientación profundamente inspirada en la cultura y las tradiciones japonesas. El resultado es una experiencia que se percibe innovadora, pero que mantiene intacta la esencia que ha convertido a la franquicia en un referente para los fans.
En Rune Factory: Guardians of Azuma, dispondremos de una herramienta clave para el desarrollo de la aventura: la Labratierra. Con ella podremos acceder al modo construcción, un sistema que nos permitirá edificar y mejorar distintas estructuras dentro de las zonas de desarrollo de la aldea. Entre las construcciones más relevantes se encuentran los campos de cultivo, esenciales no solo para expandir la aldea, sino también como fuente de ingresos.
El proceso de cultivo sigue una fórmula clásica y accesible: primero debemos construir paneles de cultivo y colocarlos estratégicamente. Luego, bastará con sembrar las semillas, regarlas a diario y esperar a que florezcan. Existen diferentes tipos de paneles, con variaciones según el terreno o el tipo de estructura, lo que nos obligará a planificar bien su distribución para optimizar recursos.
A medida que hagamos crecer las aldeas, llegarán nuevos habitantes dispuestos a trabajar como jornaleros, a quienes podremos asignar tareas específicas como agricultura, minería o tala de madera. Eso sí, hay que tener en cuenta un aspecto crucial: los jornaleros no trabajan gratis. Cada día deberemos pagar sus salarios con los recursos que genere la aldea. Si los ingresos no alcanzan y no podemos cubrir los pagos, la felicidad del pueblo comenzará a decaer. Y si la situación se mantiene, algunos aldeanos podrían abandonar la aldea, afectando directamente su desarrollo y progreso.
En esta aldea trabajada todo el mundo, y tú lo decides
Como líderes de la aldea en Rune Factory: Guardians of Azuma, una de nuestras responsabilidades principales será garantizar el bienestar de sus habitantes. Los propios aldeanos nos harán llegar sus peticiones a través de encargos que colgarán en el tablón de anuncios. Estas solicitudes se presentan en unas tablillas especiales llamadas ema, un guiño a la tradición japonesa: en la cultura nipona, las ema son pequeñas placas de madera donde las personas escriben sus deseos para que los espíritus o deidades los escuchen en los santuarios.
Las misiones que recibimos suelen estar vinculadas a las necesidades cotidianas: desde entregar ciertos objetos, colaborar en tareas específicas o echar una mano para resolver pequeños problemas. Una vez completado el encargo, basta con regresar al tablón y reclamar nuestra recompensa. Es un sistema sencillo, pero que contribuye a reforzar nuestro vínculo con la comunidad y a que el jugador se sienta parte activa de la vida en Azuma.
Combates más centrados en la acción
El mundo de Azuma se divide en cuatro regiones, cada una de ellas inspirada en una de las estaciones del año y protegida por su propia deidad. Tanto las aldeas como los paisajes reflejan una profunda conexión con la cultura japonesa, algo que se respira en cada rincón del juego.
Aunque no estamos ante un mundo abierto en sentido estricto, Guardians of Azuma nos propone explorar un conjunto de zonas conectadas entre sí que iremos desbloqueando progresivamente. En estas áreas podremos recolectar recursos como piedra, madera, minerales o incluso descubrir recetas de cocina y planos de muebles que nos ayudarán a mejorar las aldeas y avanzar en nuestra misión. Además, gracias a las estatuas de dragón, tendremos la opción de viajar rápidamente entre los lugares que ya hayamos visitado, siempre que hayamos activado previamente otra estatua en esa región.
Durante nuestras expediciones, no faltarán los enemigos que patrullan los caminos y que no dudarán en atacarnos si nos acercamos demasiado. El sistema de combate apuesta por la acción directa, con un fuerte énfasis en la esquiva. Si logramos esquivar en el momento justo, el tiempo se ralentizará, permitiéndonos encadenar un contraataque con varios golpes antes de que el rival pueda reaccionar. Un detalle que aporta dinamismo y espectacularidad a cada enfrentamiento.
El romance está servido
En Rune Factory: Guardians of Azuma tendremos la oportunidad de conocer a 16 personajes con los que podremos entablar una relación romántica. Cada uno de ellos cuenta con su propia personalidad, historia y forma de interactuar con nosotros, lo que enriquece la experiencia. Lo mejor es que no importa si jugamos como Subaru o Kaguya: podremos enamorarnos de quien queramos, sin restricciones de género, lo que brinda al jugador total libertad para vivir su historia como desee.
Estas relaciones se forjan poco a poco, a través de gestos cotidianos: conversar con el personaje, hacerle regalos, compartir momentos especiales o participar en eventos únicos. Cuanto más estrechemos ese vínculo, más iremos descubriendo sobre su vida y su mundo, desbloqueando escenas exclusivas y pequeñas misiones personales que nos permitirán conectar de forma más íntima. Además, si logramos fortalecer el lazo, incluso podremos invitar a ese personaje a acompañarnos en nuestras aventuras.
Conclusiones finales: Análisis Guardians of Azuma
Rune Factory: Guardians of Azuma llega con la intención de aportar un soplo de aire fresco a la saga, apostando por un estilo visual más definido y por mecánicas que renuevan la fórmula clásica. Aunque arrastra algunos problemas técnicos y decisiones que podrían no convencer a todo el mundo, lo cierto es que representa un paso adelante notable y sienta una base prometedora para el futuro de la franquicia.
Se trata de una propuesta que encantará tanto a los fans de la serie como a quienes disfrutan de los simuladores de vida que saben combinar acción con una ambientación cargada de personalidad y encanto.
Lo que más nos ha gustado:
- La ambientación más japonesa le sienta de fábula.
- La acción más directa y adictiva.
- La personalización de aldeas más avanzada que nunca
Lo que menos nos ha gustado:
- Podría estar mejor optimizado.
- Algunas caídas importantes de fotogramas, aún en Switch 2.
