Análisis Metal Eden PS5 – Abraza tu lado cibernético
Reikon Games llamó la atención en 2017 con RUINER, una poderosa propuesta de acción futurista con perspectiva cenital. Ocho años después, el estudio polaco pretende dar otro golpe en la mesa con Metal Eden (aquí, nuestras primeras impresiones), un FPS cuya publicación ha sido realizada por Deep Silver, filial de PLAION.
Paraísos perdidos
La protagonista de Metal Eden es ASKA, una androide avanzada especializada en el combate. Es enviada a la estación espacial Moebius para rescatar un gran número de conciencias humanas que se encuentran atrapadas en núcleos cibernéticos que funcionan como discos duros vitales. El sueño de Moebius y la terraformación del planeta minero Vulcan se tornó en pesadilla tras la aparición de la tecnoplaga de la Erosión.

En este sentido, los llamados Ingenieros tienen una importancia capital: se trata de los creadores del sistema de Moebius y su presencia es constante en la historia. De hecho, uno de ellos, Nexus, al cual ASKA escucha con frecuencia, actúa como guía y relata los hechos pasados que dieron lugar al colapso de Moebius, si bien este rol también es asumido posteriormente por otro personaje.
Terraformación, colonias espaciales que acaban mal, una protagonista que se reconstruye al estilo Ghost in the Shell… las influencias que maneja Metal Eden en su historia y en su mundo son evidentes; dicho esto, funciona correctamente, engancha al jugador y acompaña de manera estupenda a la joya de la corona de la propuesta: su frenética jugabilidad.
Combate trepidante y variado
El título de Reikon Games cuenta con una experiencia jugable en la que la velocidad y el dinamismo marcan el camino a seguir. Los enemigos se acumulan constantemente frente al jugador y, al igual que en DOOM, quedarse quieto no es una opción: solo un movimiento continuo por tierra y aire impide que la protagonista sea acribillada.
Ahora bien, ASKA acumula progresivamente recursos para destrozar a sus adversarios. En primer lugar, dispone de un arsenal al que se va sumando un total de ocho armas a lo largo de la historia. De esta manera, se comienza con un fusil automático con munición infinita que, sin embargo, se recalienta tras un uso intenso. Más tarde, entran en juego otras piezas como lanzagranadas, fusiles de rayos, escopetas, etc.

Estas armas pueden mejorarse mediante una serie de módulos que se compran a robots especiales repartidos por los niveles; la moneda del juego es un polvo que se encuentra contenido en cápsulas repartidas por el escenario y que también se gana al derrotar a los enemigos.
Existe la tentación de abusar del fusil automático inicial (un arma muy eficaz tras ser mejorada) y olvidarse de algunas de estas piezas. No obstante, esta decisión reduciría sensiblemente la espectacularidad y el disfrute potencial de los combates. Cada arma es lo suficientemente singular como para aportar algo distinto y significativo en los enfrentamientos; saber combinarlas (el dial de selección de armas ralentiza el tiempo para favorecer esta rotación) aporta un extra de variedad que se agradece.
Eso sí, el factor diferencial se encuentra en la mecánica de los núcleos: tras ser arrancados de los enemigos (debe rellenarse una barra de carga para ello), pueden usarse como granada para infligir un daño explosivo, si bien su verdadero poder reside en la posibilidad de absorberlos, lo que permite recuperar salud y habilitar un puñetazo especial capaz de marcar la diferencia a la hora de finiquitar enemigos o destruir las armaduras que algunos de ellos llevan equipadas.
Movilidad exquisita y desafío equilibrado
La coreografía de los combates se ve culminada por una movilidad exquisita y fluida a la que se saca un gran partido gracias a la abundante presencia de ganchos, paredes especiales en las que se puede realizar una carrera lateral, trampolines, portales, etc. Metal Eden ha mezclado en su coctelera particular algunos de los mejores ingredientes de auténticos referentes videolúdicos de la movilidad como DOOM Eternal, Ghostrunner o Portal.
Estos enfrentamientos no serían tan potentes sin unos adversarios a la altura. La variedad de los enemigos es correcta. Desfilan por la pantalla enemigos ágiles, con armaduras resistentes, mastodónticos, una especie de drones, etc. Conviene adaptar la táctica y el arma empleada con cada uno de ellos; dado que se suelen juntar varios de estos tipos de combatientes, se requiere una agilidad mental y una memoria muscular afinadas por parte del jugador.

En este punto, cabe destacar que el título de Reikon Games propone un reto con una curva de aprendizaje bien planteada (al menos, en la dificultad Normal). Se percibe de manera natural cómo ASKA (que también dispone de un árbol de habilidades desbloqueables como ralentizar el tiempo durante unos instantes) va abandonando las torpezas iniciales para irse convirtiendo en una auténtica máquina de matar, pero también de hacer parkour, tanto en los momentos de acción como en aquellos segmentos más orientados al desplazamiento y las plataformas.
Asimismo, otro aspecto que aporta riqueza al conjunto es la opción que tiene ASKA en determinados escenarios de transformarse en un vehículo circular y rodante; este cuenta con su propio conjunto de armas y movimientos.
Gran rendimiento y aspecto visual correcto
Metal Eden está realizado con Unreal Engine 5. Aunque el rendimiento con este motor suele ser polémico, Metal Eden cumple con nota en este apartado, lo que resulta vital dada la propuesta de acción trepidante contra numerosos enemigos que se plantea.
En lo que se refiere al apartado visual, no es el elemento más poderoso del conjunto; esto se aprecia en los momentos de gameplay y durante las cinemáticas. No obstante, el imaginativo diseño de los escenarios (especialmente, del planeta minero Vulcan) compensa relativamente esta falta de potencia gráfica y facilita que el universo visual desplegado entre por los ojos.
Conclusión
Metal Eden logra lo que se propone: entregar una propuesta de acción que, durante unas ocho horas aproximadamente, hace sentir al jugador descargas constantes de adrenalina. Este objetivo se logra, principalmente, gracias al dinamismo y al afinamiento que caracterizan su sistema de movilidad y sus mecánicas de combate.
El título de Reikon Games demuestra que la recuperación de los juegos AA puede aportar frescura y diversidad a una industria copada por superproducciones y legiones de propuestas independientes de bajo presupuesto.
Puntos positivos:
- Combate dinámico, divertido y variado
- Movilidad fluida y precisa
- Rendimiento estupendo
Puntos negativos:
- Historia poco original
- Aspecto visual no demasiado espectacular
