Iconos del Videojuego Español OXO Málaga – Pasado, presente y futuro
Mi compañera Laura Carnicer y yo hemos visitado la exposición «Iconos del Videojuego Español. Hecho en España» gracias a una invitación de OXO Museo del Videojuego Málaga; de esta manera, hemos podido disfrutar de este repaso a los 50 años de construcción de una industria que, con sus subidas y sus bajadas, atesora hitos muy relevantes.
Explosión, sequía, vuelta a empezar
La exposición logra un equilibrio adecuado entre dar el contexto suficiente y permitir un acercamiento ameno a la materia. Así, combina textos explicativos, objetos (por ejemplo, elementos de ediciones de coleccionista), vídeos con entrevistas (intervienen figuras relevantes como Paco Suárez –La Pulga– o Tatiana Delgado –Call of the Sea-), material gráfico y, por supuesto, videojuegos propiamente dichos que se pueden probar allí mismo (es el caso de obras como RiME -Tequila Works- o el recientemente estrenado Blades of Fire -MercurySteam-).

Se presta el debido homenaje a los pioneros de los años 70; en este sentido, destaca la posibilidad de jugar a El Paracaidista, el que es posiblemente el primer arcade español de la historia y una obra que se creyó perdida durante décadas. Asimismo, se realiza una aproximación honesta a la edad de oro del videojuego español (segunda mitad de los años 80), reivindicando a las mentes creativas detrás de títulos como La abadía del crimen (una obra maestra incomprendida), pero también señalando la ausencia de unos cimientos industriales sólidos.
A su vez, la década de los 90 es retratada junto a auténticas leyendas como PC Fútbol (Dinamic Multimedia), Commandos: Behind Enemy Lines (Pyro Studios) o Turok (Bit Managers), sin olvidar las aportaciones en el ámbito de las recreativas de empresas como Gaelco (Radikal Bikers).
Nuevo milenio, nuevas fronteras
Obviamente, la exposición abarca la evolución del videojuego español a lo largo del siglo XXI, unos años en los que el videojuego español ha asumido rostros muy diversos. Así, aparecen títulos de culto como Blade: The Edge of Darkness, con el que desde Rebel Act Studios se acercaron al espíritu soulslike antes de la revolución causada por el trabajo de Hidetaka Miyazaki; por desgracia, no tuvo la acogida que merecía en el momento de su lanzamiento.

Por otro lado, se comentan auténticos bombazos comerciales como They Are Billions, el híbrido entre RTS y Tower Defense de Numantian Games que causó una auténtica locura entre crítica y usuarios allá por 2018; la saga Imagina ser con la que Virtual Toys conquistó Nintendo DS o los exitosos juegos para móviles de VIVA Games, entre los que destaca Frozen Free Fall y sus más de 200 millones de descargas.
Asimismo, se valoran las barreras que MercurySteam ha roto a la hora de trabajar con grandes presupuestos, ya sea asumiendo el desarrollo de pesos pesados (Metroid Dread, Castlevania: Lords of Shadow) o dando a luz a propiedades intelectuales propias como en Blades of Fire.
Ahora bien, existe una predominancia de juegos independientes, siendo la lista larga, excelente y variada. De esta manera, desfilan frente al visitante propuestas como el oscuro y exquisito Blasphemous (The Game Kitchen), el profundo y precioso Gris (Nomada Studio), el reflexivo Minabo: A Walk Through Life (Devilish Games), el perturbador Do Not Feed The Monkeys (Fictiorama Studios) o el ganador de una BAFTA por «juego más allá del entretenimiento» Endling: Extinction is Forever (Herobeat Studios).
También se agradece el valor dado a los esfuerzos realizados en la distribución por compañías españolas como Meridiem Games, Selecta Play, Tesura Games o Abylight Studios.
Una exposición necesaria… con sus peros
En general, se sale de la exposición con una idea bastante completa sobre cómo se ha desarrollado esta expresión artística en España y sobre cuál parece ser el futuro a corto, medio y largo plazo. Sin duda, se puede percibir un genuino amor por los videojuegos desarrollados en este país, un afecto que se transmite a un visitante que, con suerte, cultivará fuera del museo los descubrimientos realizados en este espacio.

Eso sí, existen una serie de aspectos mejorables que se deben comentar. Se entiende que ciertos dispositivos cargan con no pocos años a sus espaldas, pero ciertos desperfectos pueden limitar la experiencia de forma notable. Por otro lado, estaría bien disponer de más información para experimentar adecuadamente con ciertos títulos como La abadía del crimen.
Sin duda, el problema más delicado tuvo que ver con la coincidencia con un grupo numeroso de niños. Se entiende que rebosan energía y se sienten estimulados ante la cantidad de videojuegos a su alrededor. Sin embargo, la naturaleza museística dedicada a la preservación y divulgación de este medio artístico se ve amenazada en momentos así.
Principalmente, el problema es que estos chavales pasaron por la exposición sin que el enorme trabajo puesto en esta calara en ellos. Quizás es necesario un mayor esfuerzo para adaptar la experiencia cuando se produce una visita de este tipo, de modo que cualquier tipo de visitante salga del museo habiéndose divertido, por supuesto, pero también habiendo comprendido más profundamente qué son los videojuegos y por qué son tan valiosos.
Estos puntos menos positivos no echan por tierra la exposición, por lo que te animamos a visitar «Iconos del Videojuego Español. Hecho en España» en OXO Museo del Videojuego Málaga (Plaza del Siglo, 2, 29015, Málaga) hasta el 9 de noviembre.
