Análisis Extinction Rifts PS5 – No pierdas el ritmo de los golpes
Extinction Rifts es un FPS que apuesta por la acción frenética que caracteriza a la saga Doom, así como a joyas independientes entre las que se encuentra el recientemente analizado Metal Eden. El estudio QUByte Interactive, con sedes en São Paulo (Brasil) y Orlando (Estados Unidos), ha intentado diseñar un shooter para amantes de la vieja escuela.
A puñetazos con la vida
La historia se centra en G-04, un soldado cibernético que debe salvar la Tierra de la organización New World, que cuenta con cinco monolitos especiales capaces de destruir el mundo con sus poderes. No hay mucho más que decir sobre la trama, francamente esquelética.
La mecánica jugable que aporta una mayor personalidad a la propuesta se encuentra en los puñetazos que el protagonista puede dar. Estos golpes se vuelven más poderosos a medida que se encadenan muertes de enemigos en un período corto de tiempo. Dominar esta técnica resulta esencial tanto para aniquilar los numerosos enemigos que salen al paso como para destruir los anteriormente mencionados monolitos, presentes al final de cada fase, que pueden requerir un puñetazo con mayor o menor fuerza acumulada en función de su poder. La destrucción de estos monolitos supone un paso indispensable para ver el auténtico final de la historia.

El juego aporta al usuario una dinámica, en general, fluida y divertida, sin demasiadas pretensiones. Sin embargo, existe un elemento que reduce sensiblemente el potencial de las partidas: la lentitud con la que se mueve la cámara. Si no se acierta a tiempo a un enemigo o a alguno de los objetos especiales repartidos por el espacio, el contador que mide la fuerza acumulada de los puñetazos vuelve a cero, por lo que la dificultad para desplazar más rápidamente la cámara genera una frustración importante.
Algún punto acertado y poca variedad general
Cada nivel comienza con la selección de un arma principal, una secundaria y un artículo especial. El arsenal, no especialmente variado, incluye piezas como ametralladoras, escopetas, pistolas o granadas. Estos instrumentos letales se desbloquean tras conseguir una puntuación alta en los distintos escenarios o mediante el descubrimiento de unos coleccionables secretos. Las armas iniciales cumplen perfectamente su función, de modo que no existen demasiados estímulos para conseguir estas recompensas.
Los escenarios destacan por ser sorprendentemente variados y extensos para un título con un presupuesto tan limitado, aunque no cuentan con demasiada personalidad. La estética retro de Extinction Rifts no desprende una excesiva originalidad, pero sí el suficiente mimo como para mejorar la valoración global del juego.
En cuanto a los enemigos, G-04 se encuentra con soldados ligeramente diferentes en función de su grado de letalidad, torretas, arañas explosivas y máquinas voladoras. Estos adversarios aportan poca variedad al conjunto. El jugador no necesita adaptar especialmente su forma de jugar a cada uno de ellos para seguir adelante.
Conclusión
Si bien la música de los distintos niveles acompaña correctamente el frenetismo de la jugabilidad, el escaso número de pistas provoca una monotonía algo irritante. Este detalle muestra coherencia con aquello que propone Extinction Rifts en sentido amplio, pues los aspectos acertados del juego no tienen todo el recorrido que podría debido a una evidente falta de ambición y a algún error sensible como el relativo a la lentitud de la cámara.
Dicho esto, el FPS de QUByte Interactive ofrece una experiencia divertida que se puede completar en una tarde. La mecánica de los puñetazos incrementa de manera inteligente el frenetismo de la propuesta, mientras que la estética retro regala una humilde dosis de nostalgia a aquellos que crecieron con sistemas como la Nintendo 64.
Puntos positivos:
- Mecánica de los puñetazos
- Estética ‘retro’ con cierto gusto
Puntos negativos:
- Poca ambición y variedad
- Lentitud de la cámara