Inicio Análisis Análisis Chiken Run Eggstraction, a esta aventura no hace falta echarle huevos

Análisis Chiken Run Eggstraction, a esta aventura no hace falta echarle huevos

0
ANÁLISIS CHIKEN RUN EGGSTRACTION

Después de más de dos décadas desde la película original Chicken Run, el universo de estas gallinas rebeldes vuelve, pero esta vez en forma de videojuego. Chicken Run: Eggstraction llega a PS5 como una propuesta peculiar que mezcla sigilo, humor y trabajo en equipo. No estamos ante un juego pensado para la competición o la intensidad, sino para disfrutar de la cooperación, la planificación y ese toque encantador que caracteriza al estudio Aardman.

Lejos de apostar por gráficos hiperrealistas o un tono solemne, el juego mantiene la esencia visual de la película, con animaciones suaves, personajes expresivos y escenarios que parecen sacados directamente de un cortometraje en stop-motion. En resumidas palabras, apuesta más por una aventura de estrategia y sigilo que por la acción y las plataformas.

Su principal objetivo: hacernos sentir que formamos parte de esa pequeña pero valiente comunidad de gallinas que solo quieren vivir en paz… aunque eso implique infiltrarse en lugares peligrosos una y otra vez. Os lo contamos.

La historia de Chiken Run continúa después de la película | Análisis Chiken Run Eggstraction

La historia se sitúa después de los acontecimientos de la secuela cinematográfica Chicken Run: Dawn of the Nugget, reforzando la propuesta del universo expandido. Las gallinas ahora viven libres en una isla segura, donde han construido un pequeño paraíso lejos de los humanos que un día intentaron convertirlas en pasteles.

Sin embargo, esa tranquilidad no tarda en romperse. Aparece una nueva amenaza humana que planea capturar gallinas para convertirlas en productos comerciales. Ante esto, Ginger y su grupo deciden retomar algunas viejas artes de infiltración para rescatar a las aves en peligro y frustrar los malvados planes que se están cocinando (literalmente).

La narrativa es ligera, amable y divertida, con diálogos llenos de ingenio y guiños a los fans. No busca dramatismos profundos ni momentos épicos: su intención es acompañar la jugabilidad con simpatía. Eso sí, incluso con su tono humorístico, el juego transmite un mensaje claro sobre libertad, compañerismo y resistencia ante la opresión. Es sencillo, sí, pero muy coherente con la obra original.

Análisis Chiken Run Eggstraction
Análisis Chiken Run Eggstraction

Sigilo y cooperativo en una propuesta que se aleja de lo típico en juegos de pelis

La jugabilidad de Chicken Run: Eggstraction se basa principalmente en el sigilo cooperativo, aunque también se puede jugar en solitario. Aquí es donde el juego encuentra su encanto principal. No somos héroes superpoderosos: somos gallinas. Y eso significa que cualquier error se paga caro, pero también que cada éxito se siente como una pequeña victoria ingeniosa.

Las misiones consisten en infiltrarse en distintas instalaciones controladas por humanos, esquivar patrullas, manipular sistemas de seguridad, recoger objetos clave y rescatar a gallinas atrapadas. La clave está en la planificación y coordinación, ya que cada personaje puede realizar acciones diferentes. Por ejemplo, algunas basan su jugabilidad en distraer al enemigo, mientras que otras en cambio pueden manipular mecanismos.

En cooperativo, esto funciona de maravilla. Cada jugador tiene un papel claro y el éxito depende de la comunicación y la creatividad. En solitario, el ritmo es más pausado, pero el juego permite alternar entre personajes de forma rápida y fluida.

No hay combates directos. El peligro se evita con inteligencia, rutas alternativas y distracciones improvisadas. Es un sigilo muy accesible, pensado para que cualquiera pueda encajar sin frustración.

Análisis Chiken Run Eggstraction

Rejugabilidad con pequeños retos en un mundo bien recreado

Los escenarios están diseñados como pequeñas bases o complejos industriales, todos con pasillos, rutas escondidas, ventilaciones y áreas vigiladas. No estamos ante grandes mapas de mundo abierto, sino entornos compactos y bien construidos que premian la observación y el ensayo.

Cada misión puede jugarse más de una vez, ya sea para mejorar el tiempo, completar desafíos opcionales o desbloquear recompensas estéticas. Estas tareas secundarias, aunque no cambian el desarrollo de la historia, aportan rejugabilidad y animan a mejorar la coordinación del equipo.

También existen coleccionables en forma de objetos del entorno y pequeños secretos que refuerzan el humor de la película. Desde carteles paródicos hasta máquinas extravagantes, el mundo está lleno de detalles simpáticos que hacen la exploración más ligera y divertida.

Análisis Chiken Run Eggstraction

Técnicamente recrea muy bien el estilo stop-motion

El juego ofrece una experiencia muy pulida visualmente, aunque no busca deslumbrar. Su estilo artístico está claramente inspirado en la estética stop-motion, con personajes que parecen hechos de arcilla y animaciones llenas de encanto. La iluminación y las texturas mantienen esa sensación artesanal, lo que hace que el juego tenga una identidad visual propia que destaca frente a tantos títulos hiperrealistas.

El rendimiento es estable, con una tasa de fotogramas constante y tiempos de carga muy reducidos. No hay grandes bugs ni fallos que rompan la experiencia. En cuanto al sonido, la música es ligera y juguetona, acompañando la acción sin imponerse. Los efectos sonoros aportan personalidad: pasos apresurados, graznidos nerviosos y el siempre divertido sonido de objetos improvisados como herramientas. Eso sí, llega con voces en inglés, algo que rompe un poco con la estética animada de una peli para niños y no tan niños.

No es un título que pretenda aprovechar al máximo las capacidades técnicas de PS5, pero sí uno que entiende perfectamente cómo construir una experiencia coherente, agradable y sólida en su estilo.

Análisis Chiken Run Eggstraction

Conclusiones finales | Análisis Chiken Run Eggstraction

Chicken Run: Eggstraction es un juego con una propuesta clara: sigilo accesible y cooperación divertida en un mundo lleno de humor y cariño. No busca competir con los grandes lanzamientos del año ni sorprender con mecánicas complejas. Su intención es sencilla: hacerte sonreír mientras trabajas en equipo para rescatar gallinas de situaciones absurdamente peligrosas.

Lo mejor de todo es que lo consigue. Su tono amable, su estética encantadora y su jugabilidad orientada a la cooperación lo convierten en una opción ideal para jugar con amigos, pareja o familiares. Eso sí, quienes busquen acción constante, profundidad mecánica o un desafío intenso pueden encontrarlo demasiado ligero.

Pero si te gustó la película original, o simplemente te atraen las experiencias cooperativas relajadas, Chicken Run: Eggstraction es una propuesta sincera y muy disfrutable.

Lo que más nos ha gustado:

  • La jugabilidad difiere bastante de lo típico de estas producciones.
  • Es divertido y la experiencia cooperativa cambia bastante.
  • Tiene pequeños toques que potencian la rejugabilidad.

Lo que menos nos ha gustado:

  • No es para todo los públicos infantiles.
  • Las voces en inglés en la versión en castellano rompe un poco con la inmersión.

SIN COMENTARIOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Salir de la versión móvil
X