ANÁLISIS OTHERSKIN PARA PC
He de decir que con los primeros materiales promocionales que vi, Otherskin me recordó en lo estético a Scars Above. Pero ahora que lo he jugado, os cuento en mi análisis que me ha parecido.
El título, desarrollado por The Game Atelier y publicado por FDG Entertainment, llegó a PC el pasado 2 de septiembre con la promesa de ofrecer una aventura de acción en tercera persona que combina disparos, exploración y una mecánica central muy atractiva: la capacidad de absorber morfos alienígenas para obtener habilidades únicas. Ambientado en el misterioso planeta Vandermire, el juego sitúa al jugador en la piel de Alex, una voluntaria que debe investigar el origen de una corrupción que amenaza con expandirse más allá de este mundo hostil.

Lo primero que llama la atención es el diseño artístico. Vandermire no es un simple telón de fondo, sino un planeta que respira vida en cada rincón. Biomas variados, paisajes que oscilan entre lo extraño y lo fascinante, y una fauna que transmite la sensación de estar en un lugar realmente alienígena. Esta ambientación es uno de los mayores logros del título, capaz de invitar a la exploración con la promesa de descubrimientos tanto visuales como narrativos.
La jugabilidad gira en torno al equilibrio entre combate y exploración. Alex no solo dispara; también lucha cuerpo a cuerpo y, gracias a los morfos, adquiere nuevas habilidades que cambian radicalmente la manera de afrontar cada desafío. Saltos mejorados, ataques especiales o mejoras en movilidad son solo algunos ejemplos de lo que estos organismos aportan, dotando al juego de una variedad que evita la monotonía. A esto se suma un traje con inteligencia artificial que acompaña al personaje y ofrece soporte vital, armas y retroalimentación constante, reforzando la sensación de estar en una misión de alto riesgo.
En combate, Otherskin propone una fórmula flexible. El jugador puede alternar entre ataques a distancia y cuerpo a cuerpo, adaptando su estilo a cada situación. Las batallas contra jefes destacan por su exigencia, obligando a combinar morfos y armamento de forma inteligente. No obstante, esta ambición se ve empañada en ocasiones por la imprecisión en el sistema de disparo, que puede resultar frustrante al enfrentarse a enemigos rápidos o voladores. Aunque existe un sistema de auto-apuntado, no siempre funciona de manera óptima, lo que resta fluidez a los enfrentamientos más intensos.
La propuesta también presenta otros puntos débiles. El rendimiento técnico no siempre está a la altura de lo que se espera en 2025: se han reportado caídas de frames y problemas de estabilidad cuando la acción se intensifica en pantalla. La situación es especialmente delicada en hardware portátil como Steam Deck, donde el título se percibe, por ahora, prácticamente injugable. A ello se suma una curva de aprendizaje irregular. En ciertas zonas, el juego limita las habilidades previamente adquiridas, lo que genera la sensación de retroceder en lugar de avanzar, un recurso que puede molestar a quienes esperan una progresión más lineal y acumulativa.
A pesar de estas carencias, Otherskin consigue sostenerse gracias a su ambición y a la frescura de sus ideas. Su mezcla de acción, exploración y plataformas resulta atractiva, y la posibilidad de adaptar la experiencia con los morfos le da un sello propio frente a otros títulos del género. No es un producto impecable ni de acabado triple A, pero tampoco lo pretende: su valor está en ofrecer una aventura diferente, con personalidad y con un mundo que merece ser recorrido con calma.
En definitiva, estamos ante un juego que brillará especialmente para quienes disfrutan de las historias de ciencia ficción y de la exploración de mundos alienígenas. Sus combates pueden no ser perfectos y el apartado técnico todavía necesita mejoras, pero la sensación de descubrir Vandermire y moldear a Alex con cada habilidad adquirida justifica la experiencia. Otherskin no redefine el género, pero sí aporta una mirada fresca que lo convierte en una propuesta muy recomendable para quienes saben valorar la ambición de un estudio independiente dispuesto a arriesgarse