ANÁLISIS SPOOKY EXPRESS PARA PC
A veces hay juegos que te pillan por sorpresa. Y hoy os vengo a hablar de uno de ellos. Spooky Express se lanzó el pasado 21 de octubre en PC y móviles. A simple vista parece un jueguecito simpático de Halloween, lleno de monstruos adorables y colores cálidos, pero en cuanto te pones a dibujar las primeras vías empiezas a darte cuenta de que aquí hay mucha más inteligencia de diseño de la que aparenta.
En mis primeras partidas me quedé mirando esos dioramas isométricos con sus calabazas, sus mansiones góticas y sus zombis esperando el tren como quien espera el autobús, y pensé que iba a ser un paseo agradable. Pero la verdad es que todo lo contrario. El juego tiene ese tipo de dificultad amable que empieza suave y, sin que lo notes, termina retorciéndote el cerebro hasta obligarte a borrar y redibujar las vías una y otra vez.
La mecánica jugable es sencilla: trazas una ruta para el tren y éste la recorre recogiendo monstruos y dejándolos en su parada correspondiente. Lo interesante es cómo esa simplicidad se va complicando con cada nivel. Las vías no pueden cruzarse, solo puedes llevar un pasajero a la vez y el orden importa muchísimo.
Más de una vez me encontré resolviendo un puzzle desde cero porque había diseñado un trazado muy bonito, pero que acababa siendo completamente inútil para la secuencia que necesitaba. Y ahí está parte de la magia del juego: no te castiga con brusquedad, pero sí te hace sentir responsable de cada error. Cuando me quedé atascado en ciertos niveles avanzados, fue imposible evitar ese momento de “vale, la solución está ahí; soy yo el que está mirando mal”.
Otra cosa que me ha gustado es que lo veo bastante accesible sin renunciar a la profundidad. Los primeros niveles son casi guiados: te enseñan las reglas sin que tú lo notes. Luego, cuando ya dominas lo básico, aparece la verdadera partida: pasillos estrechos, zonas donde una curva mal colocada arruina todo, monstruos que requieren un orden específico para no bloquearte… y pequeños detalles de diseño que te empujan a pensar un paso por delante. Es el tipo de juego que te da la sensación de estar siempre al borde del “eureka”.
En cuanto a su ambientación, lejos de ser una simple excusa estética, ayuda mucho a que el juego entre por los ojos. Spooky Express no busca asustar; más bien abraza una estética “Halloween amable”, con colores vivos, monstruos con expresiones graciosas y escenarios que parecen maquetas de un diorama artesanal.
Esa mezcla de humor, ternura y misterio ligero crea un ambiente muy característico, casi relajante, incluso cuando estás absolutamente atascado en un puzzle. La banda sonora refuerza ese tono suave y de acompañamiento.
Aun con todo su encanto, conviene dejar claro que Spooky Express no pretende ser otra cosa distinta a lo que es. No busca envolverte con grandes giros argumentales ni sorprenderte con mecánicas que mutan cada dos por tres. Su ambición es otra: ofrecer un rompecabezas donde lo importante es visualizar el espacio, anticipar movimientos y exprimir cada recorrido hasta dejarlo impecable. Si esa filosofía no encaja contigo, es lógico que puedas sentirlo algo monótono. Pero cuando conectas con su ritmo el juego se convierte en una pequeña delicia.
Concluyo pues afirmado que, personalmente, ha sido uno de esos juegos que empiezas pensando “solo un par de niveles” y acabas mirando el reloj dos horas después. Su combinación de estética cuidada, diseño brillante y dificultad medida lo convierten en un título ideal para desconectar… o para obsesionarte buscando la ruta perfecta.
