Deck of Haunts es el ejemplo clave de dar una oportunidad a ideas frescas, divertidas y suficientemente cortas. Llega un punto que incluso nosotros, redactores de medio pelo, nos cansamos de repetir el enésimo videojuego roguelike deckbuilder, una extraña fusión que durante los últimos meses e incluso años se ha estandarizado hasta un nivel de abrumación absoluta.
Análisis de Deck of Haunts
No por ello significa que sea un mal videojuego por ser, otra vez, la misma propuesta, y aquí el sello de distinción es su apartado visual, que entraremos luego para hablar en más detalle. Empecemos por lo básico: Somos una casa encantada que quiere deshacerse de aquellos personas curiosas y cotillas que quieren atravesar nuestras puertas.
Hay un ciclo de día y noche, siendo las mañanas nuestro momento de preparación de nuestra baraja y de mejorar nuestras habilidades. Cuando llega la noche, empieza la movida grande y es que nuestro cometido será el de robar la cordura de estos inquilinos indeseados. Tendremos que aguantar cuatro semanas -28 días exactamente- para que nadie llegue hasta el fondo de la vivienda; si lo consiguen, se acabó.
Jugar bien nuestras cartas será vital para sobrevivir, y es que el abanico de posibilidades es enorme y tendremos que ir con cuidado. Una vez acabe la noche, vuelta a empezar y a mejorar todo lo posible; hasta nuestras propias habitaciones y nuevos recovecos que podremos añadir conforme avanzar el videojuego.
Si nos quedamos con todo lo mencionado con los tres párrafos anteriores, queda claro que Deck of Haunts es llamativo como poco, una propuesta que pretende ser algo diferente entro de un nicho ya establecido y manido. Pero es que ayuda mucho otras cosas a tener en cuenta, como un potente estilo visual que opaca el moderado motor gráfico.
Aunque lo he jugado en inglés, el videojuego ya cuenta con una traducción al español bastante aceptable, vital para este tipo de títulos para comprender lo que hace cada carta o cada mejora. Todo el apartado sonoro está bien, sin destacar en nada pero mucho más que aceptable. En cierto momento sentí que parte de la experiencia la notaba repetitiva, pero tal vez fuera que no estoy acostumbrado a estos videojuegos, y eso habla bastante bien de él.
Por cierto, tanto en un ordenador como en Steam Deck me ha funcionado de maravillas, algo que ha ayudado ya que Deck of Haunts es un videojuego perfecto para jugar en aquellos ratos libres en una portátil como la de Valve o similar. Si tenéis una de esas, os recomiendo encarecidamente que probéis lo que he dicho.
Termino el análisis de Deck of Haunts dejando claro una cosa: a veces es mejor no juzgar un libro por su portada. Si, es un dicho muy usado pero en este caso queda claro que el creativo independiente siempre va a buscar la manera de sorprender e incluso impresionar en algunos casos al jugador. Sin duda alguna, estamos ante una propuesta diferente dentro del género; divertido y completo, sin ser cargante.
Si estáis cansados del roguelike de acción como Hades o un deckbuilder tan estresante como Slay the Spire, la alternativa la tenéis aquí.