ANÁLISIS AMANDA THE ADVENTURER 3 EN PC
Cuando un juego o franquicia lleva 3 lanzamientos, hemos de suponer que será porque hay varios jugadores detrás de esa serie y a los desarrolladores le saldrá a cuenta. Hoy os vengo a hablaros de Amanda the Adventurer 3 sin haber jugado las otras dos entregas previas, pero algo os puedo decir al respecto tras acabarlo en PC.
Me ha dado la sensación de ser un puzle psicológico que sabe exactamente cómo jugar contigo, pero que a veces parece demasiado consciente de su propia fórmula. Desde el principio vuelve a esa idea inquietante de cintas infantiles que ocultan algo oscuro, solo que ahora todo está mucho más enrevesado y directo. Ya no es solo mirar, ahora el juego insiste en que participes, en que te sientas responsable de lo que ocurre en pantalla, y esa es quizá su baza más fuerte.

La estructura se basa en escenarios cerrados y enigmas que conectan con las cintas y el propio metajuego. A nivel jugable, la mayoría de los puzles tienen lógica interna y se resuelven observando bien los detalles, aunque hay momentos en los que el diseño hace trampas queriendo. No es que no puedas resolverlos, pero sí notas que el juego te empuja hacia una única respuesta “correcta” para descargar sobre ti el peso narrativo. Aun así, la tensión que genera es constante. Las cintas actúan como pequeños rituales interactivos y cada decisión, por pequeña que parezca, suena a advertencia.
Amanda es el núcleo de todo. Su tono, su forma de mirar a cámara y esa dualidad entre lo infantil y lo amenazante funcionan muy bien. El juego juega con la idea de que ya conoces la saga, así que se permite romper más las reglas, romper la cuarta pared de forma más descarada y hacerte dudar de lo que estás viendo. En más de una ocasión me encontré pausando un momento solo para procesar lo que el juego intentaba decirme, algo que no es tan habitual en este tipo de experiencias.
Audiovisualmente mantiene ese estilo tan incómodo que parece salido de una cinta educativa antigua, con colores lisos y animaciones que nunca terminan de ir del todo finas. Precisamente creo que ahí está el encanto: el juego sabe que cuanto más imperfecto parezca, más real se siente. A nivel sonoro, los silencios pesan tanto como los golpes de música. No hay sustos gratuitos en cascada, más bien una tensión sostenida que crece poco a poco y te acompaña incluso cuando ya has cerrado el juego.
En lo técnico no he tenido grandes problemas. Algún bug menor en la interacción con objetos y un par de momentos donde la detección de colisiones no respondía bien, pero nada que rompa la experiencia. Lo que sí puede romper un poco el ritmo es la repetición: cuando fallas o quieres explorar alternativas, tienes que volver a ver partes que ya conoces y eso puede hacerse un poco pesado.
En general, las 2 o 3 horas que te puede durar Amanda the Adventurer 3 me han dado la sensación de ser un juego que no reinventa nada, pero refuerza una narrativa incómoda, una atmósfera asfixiante y la sensación constante de que estás participando en algo que no deberías. No es un juego para todo el mundo ni pretende serlo. Si entras en su juego, te recompensa con una historia más intensa de lo que parece. Si buscas algo más directo o con más acción, seguramente te parezca limitado. Yo, personalmente, he salido con la sensación de haber visto un experimento raro, inquietante y bastante sólido dentro de su nicho.